domingo, 13 de diciembre de 2015

Con los pelos como escarpias


Hace meses que estamos intranquilos; no pensamos ni hablamos de otra cosa. En los últimos días antes del ansiado momento, la tensión irá creciendo, porque se avecina algo importante de verdad. Puede resultar una sorpresa deslumbrante o una desilusión devastadora.
Y es que hace más de treinta años que esperamos. El resurgir de la fuerza llega por fin a nuestras pantallas para continuar la historia que dejó suspendida y admirada a una generación entera. Y aunque esta primera entrega de la nueva trilogía seguirá dejándonos así, ya ha mostrado un tráiler y alguna pista (quizás engañosa) sobre lo que vamos a ver. Me hace temblar que ahora George Lucas ya solo supervise la obra cuyos derechos adquirió Disney. Antes, lo que daba miedo era la voz de Darth Vader (o sea, la de Constantino Romero).
Vuelven Chewaka, Han Solo, Leia… Hemos visto por un segundo a R2D2 y sé que sale C3PO, interpretados todos por sus actores originales.  Volverán el Halcón Milenario y una especie de Estrella de la Muerte III. Imagino que la Federación de Comercio seguirá apoyando al lado oscuro de la fuerza, si es que Disney no la ha borrado tan ricamente…
La protagonista esta vez parece ser una joven, llamada Rey, que se presenta como una chatarrera, y que sospecho que podría ser hija (o nieta) de Leia y Han y por lo tanto con poderes Jedi heredados de su madre (y de su abuelo…). ¿Quién la entrenará a ella? Supongo que resultará crucial en esta tercera lucha contra el lado oscuro. Rey irá acompañada de Finn, un piloto que ha cambiado de bando tras dejar el ejército imperial, ahora llamado de la Primera Orden, y que recibirá la espada láser que perteneció a los Skywalker (Anakin y Luke). ¿Es una nueva arma la barra que lleva la muchacha?
Como antagonistas aparecerán la capitana Phasma, de brillante armadura, y el nuevo personaje Kylo Ren, con su espada láser de tres puntas, imagino que para protegerse de las reincidentes amputaciones de manos. ¿Qué relación guarda Kylo Ren con Darth Vader, y por qué quiere terminar lo que él comenzó? ¿Es hijo de Leia y Han? ¿Tiene una hermana melliza?
Otro gran misterio es saber si saldrá Luke Skywalker. En uno de los trailers se ve una mano metálica sobre R2… No creo que falte a la cita.  Y, por otra parte, ¿cómo serán los nuevos muñecos y bichos? ¿Y las naves espaciales? ¿Llegaremos a saber quién era el padre de Anakin? ¿Y quién terminará ardiendo al final del episodio IX? Y, sobre todo: ¿Le regalaré un droide BB8 a mis queridos sobrinos? ¿O me lo compraré para mí?
¡Que la Fuerza nos acompañe!

PAP


lunes, 16 de noviembre de 2015

Contra simples y cobardes


Parece que estamos en guerra. Es una guerra en la que el enemigo no tiene cara, ni tiene nombre, ni cerebro, ni humanidad. Soy ateo y, como esta no es una guerra de religión, me han involucrado. Tampoco es una guerra política pero ataca a la libertad.  Así que, aunque soy pacifista, estoy en guerra: contra la ignorancia, contra la violencia y contra las ideas (o la falta de ellas) que nos intentan imponer.
El pasado viernes por la noche, después de cenar, me senté frente al ordenador para decidir si iría a ver a los Editors, esta noche en Razzmatazz, o a los Eagles of Death Metal (a su guitarrista ya lo había visto con Queens of the Stone Age), en unos días, en la sala Apolo. Tras darle muchas vueltas,  parapetado bajo mi manta, me quedé a un click de ambos. Cuando el sábado me desperté y puse las noticias, se me heló la sangre.
Para que volviera a fluir, tuve que ponerme a Cheb Hasni. Y me descargué algo de EoDM. Y seguiré despreciando a los asesinos frente a mis alumnos, como he hecho hoy (nunca les hablo de política). Y seguiré disfrutando de todos los conciertos que quiera y seguiré saliendo a cenar cuando pueda y seguiré cogiendo trenes y aviones y asistiendo a manifestaciones. Y hasta me han entrado ganas de leer a Salman Rushdie.
Así que estos desalmados tienen la batalla perdida. Los terroristas solo han hecho una cosa bien: morirse. Y, si su Dios existe, estoy convencido de que les dará merecidas prendas por toda la eternidad. Y si no, yo bailaré sobre las tumbas de esos cobardes mientras viva.

PAP


jueves, 3 de septiembre de 2015

De fuego


No me gustan las fiestas locales. Existen, no obstante, un par de excepciones: la Mercè de Barcelona (por el BAM) y las fiestas de Elche. Lo que hace especiales a estas últimas son el Misteri d’Elx y la Nit de l’albà (la Alborada)
El Misteri es una representación dramática cantada, que se lleva a cabo en la Basílica de Santa María y donde se relata la ascensión de la Virgen. Su origen se remonta a la Edad Media, aunque la Consueta (el guion) se fijó a partir del Renacimiento. La maquinaria del Barroco introdujo los ‘efectos especiales’ de la ascensión, conocidos como el Araceli y la Magrana. El pueblo de Elche ha sido el responsable de conservar viva esta tradición. Durante treinta años, el tío Tomás fue el Àngel Major (que siempre debe ser representado por un sacerdote).
El tío Tomás fue una de las personas más alegres y con mejor sentido del humor con las que tuve la suerte de crecer. Su jocosidad constante, que repartió a discreción entre familiares y parroquianos, contrasta con el hecho de que decidiera abandonarnos demasiado pronto. La primera vez que salió mi nombre en la portada de un libro, le dediqué mi trabajo a él, con una cita del Misteri.
“Seureu en cadira real
en lo regne celestial”
Hacia el cielo se dirigen, cada 13 de agosto, ruidos y luces. Esa noche, la población entera sube a los terrados y quema varios cientos de miles de euros en fuegos artificiales. Es la Alborada: un despilfarro de color y sonido que se extingue en un suspiro. Me parece una buena metáfora de la vida: brillante, vertiginosa, imparable… Una explosión que se mantiene encendida apenas unos instantes. Una luz fugaz, un destello mágico, casi inexplicable.
Elevarse, reír, jugar con fuego es lo mejor que se puede hacer mientras andamos por aquí.

PAP



miércoles, 12 de agosto de 2015

El sitio de mi recreo


Las primeras veces que acudí al Carabassí era una playa virgen, de acceso un tanto complicado. Me llevaban mis tías, que aprovechaban para ponerse en topless (eran finales de los ’70). Ellas eran mi gancho; a menudo las acompañaban sus amigas. Yo era la excusa para acercarse a ellas… “¡Qué niño tan guapo! ¡Cómo habla!” Como guarnición, recibía mimos y carantoñas y de paso alimentaba la vista con los pechos de mis tías y con los de otras tías, supongo, de otros.
Una década después el nudismo estaba bastante más normalizado; una de esas ventajas de las que hemos disfrutado los hijos de la generación hippie. Comencé a ir con mi tío/hermano mayor. Palas, frisbee, petanca y baños. Desde hace unos años, es mi refugio matutino contra los mosquitos y ciertas tensiones familiares.
Como en otros lugares, a veces se cruzan las miradas. Me encanta pasar desapercibido, pero lo cierto es que atraer algunas miradas le sube a uno la moral. A pesar de que no siempre atraiga la mirada de la diosa de la playa. Aunque ni siquiera sea diosa. Incluso cuando no es una la. Puede provocar cierta hinchazón del ego, pero resulta muy sano, cuando se administra en pequeñas dosis.
Y hablando de miradas, la mía acaba de deslizarse por la última página de la autobiografía de Howard Marks, Mr. Nice. Arranca de manera trepidante y humorística y te introduce en una amalgama de viajes, relatos policíacos, aventuras y negocios. También es un libro de amor. De amor por la familia, los amigos, por la libertad y las libertades. Su final es tierno y emotivo. No digo más. Me atengo a mi derecho a guardar silencio y no declarar nada que pueda ser utilizado en mi contra. Deseo a ‘Marco Polo’ muchísima suerte en su nueva lucha, ahora contra esa enfermedad asesina. Agallas no le faltarán. Y extiendo mi abrazo a mi amiga filósofa, que hace poco se unió a esa misma batalla. Besos bailongos.

PAP

sábado, 25 de julio de 2015

De risa


Antes de escribir desde el Carabassí, con todos mis respetos al aire,  me siento en el derecho y la obligación de compartir una risa. Que Cervantes me perdone, pero hacía días que no me reía tanto. La película, imprescindible, es Un funeral de muerte (Death at a funeral), de Frank Oz.
Comencemos por el elenco de actores, no debidamente reconocidos pero de primerísima fila (todos os sonarán de otras pelis), que llevan la película a una constante cadena de carcajadas. La trama gira en torno a un funeral, en el que salen al aire las vergüenzas que todas las familias esconden: las apariencias, las frustraciones, las comparaciones, las etiquetas, los secretos... Además del asunto del enano (otro actorazo de órdago), el objeto desencadenante del enredo será cierta clase de sustancia psicotrópica.  Y hasta aquí puedo escribir.
Pero esta barandilla quería asomarse a mi adorado Saza. Decir que ha muerto sería como anunciar que mañana no saldrá el sol. Imposible. Cada vez que vuelva a aparecer en mi pantalla de televisión estará mucho más vivo que la mayoría de las personas que aún circulamos por el planeta. José Sazatornil actuó en casi todas las obras maestras del cine cómico español: La escopeta nacional, Amanece que no es poco, El verdugo… Ninguna de esas películas sería la misma sin su presencia. Un actor lo es cuando captura al público en cuanto sale a escena, sea esta aparición constante o puntual. El cómico, además, nos recarga la vida con nuestras propias risas.
La vis cómica es como el pelo: se tiene o no se tiene. Las pelucas no sirven. Por eso adoro a todos los peludos que se cruzan por mi camino.

PAP


martes, 21 de julio de 2015

El reino independiente


Ir a Santa Pola este año volverá a ser demasiado distinto.
A principios de los noventa primaba el bacalao. Los que resistimos a esa marea descubrimos un pequeño santuario de sueños guitarreros en una discoteca de Santa Pola, llamada Camelot. Esta última nochevieja, tras veinticinco años apostando por la música independiente (en ciertas fases a la vanguardia), cerró sus puertas para siempre. Volver a Santa Pola, por tanto, nunca será igual.
Aunque ya hacía muchos años que no prestaba servicios en el mítico reino, me sentí en la obligación de despedirme de él. Tengo entendido que su espacio lo ocupará un centro comercial. De hecho, estoy pensando que ahora siempre accederé y saldré por la entrada suicida del hotel Rocas Blancas, atravesando la carretera nacional. Será más peligroso. Pero menos triste.
En Camelot surgieron amigos, surgieron amores. Algunos todavía duran… En ese reino independiente se juntaba gran parte de las personas distintas de la comarca. Varias generaciones hemos defendido el castillo hasta el amanecer.
Por su música, por el ambiente amistoso que siempre impuso la clientela, porque estaba donde estaba, por las incontables sesiones en las que bailé hasta la extenuación, Camelot se convirtió para mí en un lugar especial, simbólico, de peregrinaje, e incluso de alguna forma en un pequeño rincón de libertad.
Para todos aquellos que compartimos tantas noches de goce en aquella discoteca, aquí va mi recuerdo y mi homenaje. ¡Salud!

PAP


domingo, 12 de julio de 2015

Otro cruce


Tras el silencio, siempre llega la palabra.
Como todos los años, vuelvo del Cruïlla con el alma llena y, aunque he gastado todas mis energías (nadie lo diría hace un par de horas en el Forum) y casi todas las palabras, quiero lanzar la última bola para compartir algo de música y un poco de corazón.
Como siempre, ha resultado un festival abarrotado de gente guapa: mozos, viejóvenes, gente sin edad, padres con sus niños. Como todos los años, también estaba yo… Un Cruïlla más, un año más.
En lo referente a la intendencia, han mejorado con el pago con la pulserita, y en el vaciado de los retretes de un día para el otro. Bastante tengo con mear de cara a tres tíos que rodean un urinario de plástico de cuatro plazas, como para tener que hacerlo en una fuente rebosante de.
Pero vamos al principio. Cocorosie puso el listón muy alto. Estas dos estrafalarias mozas ofrecieron un aperitivo que supo a menú completo. Jamie Cullum es muy bueno, pero me aburrió. Bailoteo con O Rappa y reenganche con los Of Monsters and Men; divertidísimos. Paréntesis de rap y nuevo descubrimiento: Vintage Trouble (nota mental: a descargar). Y para cerrar el viernes, The Cat Empire cubrieron todas las expectativas, que no eran pocas, que llevan años despertándome (desde enero, a menudo, de camino al instituto). Y después, como suele ocurrir tras los viernes, se deslizó el sábado, muy especial de otra manera… Me quedo con Damian Marley y Caravan Palace. Y con un olor... Ms. Impresentable Hill no merece ni una línea. Y hoy… Hoy he vivido el momento más especial de esta edición de uno de mis festivales favoritos: Asaf Avidan. También a él le estoy agradecido. Nos ha hecho vibrar, bailar, reír (qué sorpresa su sentido del humor, su interacción con el público), soñar, (llorar), vibrar (¿lo había dicho?), ser.
Eso es lo esencial en esta vida: poder cumplir otro Cruïlla… digo… año, más.

PAP



miércoles, 4 de febrero de 2015

Utopías


No fui grunge. No fui indie, ni alternativo. No fui antisistema. No soy hypster. Soy Pablo. Pablo Antón.
Nunca pertenecí a una tribu urbana cuando se llevaba, llevé el pelo largo cuando primaban los pelaos, me dediqué a la literatura en la era de la especulación. Y no perteneceré a ningún partido político que me acepte como afiliado.
Pero soñar, como escribir, es gratis, al menos desde este rincón.
Si este país cambiara, no detendrían por sospechosos a los que llevan rastas o el pelo largo, sino a los que van con traje y corbata. (Algunos llevan maletín; otros se ocultan tras polos de marca). En mi país, los que han robado mucho dinero, pasarían mucho tiempo en la cárcel; los que robaron poco, podrían rehabilitarse con rapidez. En ese país la creación artística (el cine, los libros, la danza, el teatro, los conciertos) no serían un producto de lujo, sino un bien social exento de impuestos. Los individuos podrían decidir su futuro (y más su presente) sin la tutela estatal. Allí  devolvería cada uno su deuda: las personas las que hubieren contraído, las empresas las suyas… Pero los bancos, los clubes de fútbol y los partidos políticos aguantarían sus respectivas velas, aunque sin darnos el palo.  
Y los sueños van más allá. Imaginad un presidente del gobierno que supiera hablar inglés. cuya carta de presentación no fuera una corbata sino la justicia social y cuyo objetivo primordial fuese el capital, pero el capital humano. Imaginad unos servicios públicos de calidad.  Imaginad incluso que pagar impuestos sirviera para eso.
Y ahora despertad. Vivimos en España. Eso sí, ahora que queremos quitarnos de encima a estos Ginesillos de Pasamonte que nos han ido gobernando, escriban o no sus memorias con sus propios pulgares, lo que seguro no necesitamos son más Quijotes, como decía el otro día cierto presidenciable. Tampoco idólatras de dictadorzuelos de medio pelo. “La casta” como concepto económico resulta interesante: pero ni todos los trabajadores son tan buenos, ni todos los empresarios han sido poseídos por el demonio. En cualquier caso, lo que nos harían falta son más Cervantes y más lectores capaces de leer (y entender) el Quijote.

PAP

has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey”
(Don Quijote de la Mancha, II, XLII)

miércoles, 21 de enero de 2015

Nadie está solo


Lamento no tener las yemas tan afiladas como me gustaría para redactar esto. La verdad es que me falta aliento desde la primera línea, que sin embargo ya he sobrepasado. Pero era mi obligación como ser humano recomendaros Ciutat Morta, un documental que el sábado pasado obtuvo un récord de audiencia en el segundo canal de la televisión pública catalana.
Entre los de mi generación, ninguno de los que trabajan en alguno de los cuerpos de inseguridad del Estado a los que conozco (y son varios) tenía muy buen expediente académico. Entre mis alumnos, los que sienten vocación de policías o soldados a menudo son los típicos matoncillos de patio, ladrones de bocadillos, pequeños tiranos de sus padres y grandes enemigos de la letra.
La razón y la fuerza no suelen ser muy amigas.  La única fuerza de la razón requiere de la inteligencia.
Un país donde la diferencia es perseguida, donde los políticos solo se representan a sí mismos, donde la justicia brilla por su ausencia, donde a la poesía solo le queda la muerte, nunca será mi país.
Así que, escoged uno o dos buenos ratos para ver Ciutat Morta. (Aseguraos de que os coge con buen cuerpo, eso sí). Hay que quitarse ese manto de fingida seguridad que nos vendieron, fabricado con el mismo paño que el traje nuevo del emperador. Y, si no entre todos, sí con la fuerza de la mayoría y de la verdad, bajemos de una vez por todas el telón de este retablo de las maravillas en que vivimos. Porque, como escribió José Agustín Goytisolo:
“en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.”

PAP





16 de diciembre de 2017
El derecho más importante es el derecho a la vida. Uno de los testimonios de este documental ha perdido toda la credibilidad.
PAP