miércoles, 12 de agosto de 2015

El sitio de mi recreo


Las primeras veces que acudí al Carabassí era una playa virgen, de acceso un tanto complicado. Me llevaban mis tías, que aprovechaban para ponerse en topless (eran finales de los ’70). Ellas eran mi gancho; a menudo las acompañaban sus amigas. Yo era la excusa para acercarse a ellas… “¡Qué niño tan guapo! ¡Cómo habla!” Como guarnición, recibía mimos y carantoñas y de paso alimentaba la vista con los pechos de mis tías y con los de otras tías, supongo, de otros.
Una década después el nudismo estaba bastante más normalizado; una de esas ventajas de las que hemos disfrutado los hijos de la generación hippie. Comencé a ir con mi tío/hermano mayor. Palas, frisbee, petanca y baños. Desde hace unos años, es mi refugio matutino contra los mosquitos y ciertas tensiones familiares.
Como en otros lugares, a veces se cruzan las miradas. Me encanta pasar desapercibido, pero lo cierto es que atraer algunas miradas le sube a uno la moral. A pesar de que no siempre atraiga la mirada de la diosa de la playa. Aunque ni siquiera sea diosa. Incluso cuando no es una la. Puede provocar cierta hinchazón del ego, pero resulta muy sano, cuando se administra en pequeñas dosis.
Y hablando de miradas, la mía acaba de deslizarse por la última página de la autobiografía de Howard Marks, Mr. Nice. Arranca de manera trepidante y humorística y te introduce en una amalgama de viajes, relatos policíacos, aventuras y negocios. También es un libro de amor. De amor por la familia, los amigos, por la libertad y las libertades. Su final es tierno y emotivo. No digo más. Me atengo a mi derecho a guardar silencio y no declarar nada que pueda ser utilizado en mi contra. Deseo a ‘Marco Polo’ muchísima suerte en su nueva lucha, ahora contra esa enfermedad asesina. Agallas no le faltarán. Y extiendo mi abrazo a mi amiga filósofa, que hace poco se unió a esa misma batalla. Besos bailongos.

PAP

1 comentario:

  1. Me siento alagada y feliz por haber compartido contigo esos momentos, que también están en mi recuerdo, y muy orgullosa de ser tu tía y tu madrina.

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