Tras el silencio, siempre llega la palabra.
Como todos los años, vuelvo del Cruïlla con el alma llena y,
aunque he gastado todas mis energías (nadie lo diría hace un par de horas en el
Forum) y casi todas las palabras, quiero lanzar la última bola para compartir
algo de música y un poco de corazón.
Como siempre, ha resultado un festival abarrotado de gente
guapa: mozos, viejóvenes, gente sin edad, padres con sus niños. Como todos los
años, también estaba yo… Un Cruïlla más, un año más.
En lo referente a la intendencia, han mejorado con el pago
con la pulserita, y en el vaciado de los retretes de un día para el otro.
Bastante tengo con mear de cara a tres tíos que rodean un urinario de plástico
de cuatro plazas, como para tener que hacerlo en una fuente rebosante de.
Pero vamos al principio. Cocorosie puso el listón muy alto.
Estas dos estrafalarias mozas ofrecieron un aperitivo que supo a menú completo.
Jamie Cullum es muy bueno, pero me aburrió. Bailoteo con O Rappa y reenganche
con los Of Monsters and Men; divertidísimos. Paréntesis de rap y nuevo
descubrimiento: Vintage Trouble (nota mental: a descargar). Y para cerrar el
viernes, The Cat Empire cubrieron todas las expectativas, que no eran pocas,
que llevan años despertándome (desde enero, a menudo, de camino al instituto).
Y después, como suele ocurrir tras los viernes, se deslizó el sábado, muy
especial de otra manera… Me quedo con Damian Marley y Caravan Palace. Y con un
olor... Ms. Impresentable Hill no merece ni una línea. Y hoy… Hoy he vivido el
momento más especial de esta edición de uno de mis festivales favoritos: Asaf
Avidan. También a él le estoy agradecido. Nos ha hecho vibrar, bailar, reír
(qué sorpresa su sentido del humor, su interacción con el público), soñar,
(llorar), vibrar (¿lo había dicho?), ser.
Eso es lo esencial en esta vida: poder cumplir otro Cruïlla…
digo… año, más.
PAP
No hay comentarios:
Publicar un comentario