domingo, 31 de julio de 2011

La voz del alma

Un clásico es lo más próximo a la eternidad, es una verdad absoluta, algo que no envejece, que vive porque nos da la vida a través del tiempo.
En el comienzo de nuestra era, Ovidio escribió el Ars amandi. Petrarca compuso en el Renacimiento la teoría moderna sobre el proceso amoroso. En el África estadounidense del Mississipi nació Otis Redding. A él le tocó cantar la banda sonora del amor.
Pertenece a aquellos años en que las gentes soñaban y morían para despertarnos. La época en que la cultura dejó de estar sólo en las bibliotecas y el poder sólo en los parlamentos...
Otis Redding era de los que conseguía que los blancos, a pesar de sus mayores, se agitaran y enamoraran al son de su voz. Su ritmo es el del latido del corazón, el del sexo. Acelerado a veces, o como el temblor del mar a punto de embravecerse, o tierno, con la suavidad de la seda rasgada.
Una percusión intensa marca el transcurso de unas canciones a las que ponen brillo los imprescindibles vientos, tierra y aire unidos por la voz de un gigante. El rey del soul hizo que el rock pasara por encima de los Stones cuando interpretó “Satisfaction”.
Murió en un accidente aéreo en 1967. Tenía 26 años. En esos tiempos algunos perdieron su vida por defender la igualdad entre los seres humanos. Otis nos hizo a todos negros.

PAP
RIP Amy


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