Queridos Leia y Han:
Kylo Ren no es malo: solo está pasando por
una adolescencia difícil.
Si bien es cierto que va matando gente por
ahí, él es, en el fondo, buen chico, un joven confundido que a veces se pone
algo nervioso, sobre todo con su familia. ¿Y quién no?
Que tiene cierta facilidad para desenvainar
el sable láser, hay que admitirlo. No obstante, ¿a quién no se le ha escapado
algo alguna vez? Y además, cuando uno tiene un juguetito tan molón, digo yo que
será para lucirlo, aunque sea de vez en cuando.
Sus compañeros de la escuela Jedi se metían
con él porque, desde bien pequeño, le gustaba vestirse al estilo de su
abuelito. Los niños pueden ser muy crueles, especialmente cuando no valoran el
hecho de que el negro sienta tan bien…
Otro tema es el del pelo, que luce algo
descuidado, lo cual es excusable, debido a su ajetreada agenda maléfica.
Y luego está lo de esas heridas que no le
acaban de cicatrizar, como cualquier Jedi habrá podido experimentar en alguna
ocasión. Pero tampoco podemos comparar el maquinón (de esas máquinas buenas de
las de antes) que curó a su tío Luke treinta y tantos años atrás con un robot
de bolsillo redondo, probablemente adquirido en alguna oferta de El Corte
Galáctico y con periodo prefijado de obsolescencia.
Cabe destacar también que tiene cierta
fijación en matar a sus maestros. Pero todo se cura con el tratamiento adecuado.
Quizás convendría retirarle el comunicador sideral móvil para que deje de
enviar mensajes incendiarios en el grupo de ¿Qué paissa en tu galaxia? que
tiene con los Stormtroopers, los cuales, dicho sea de paso, le ríen todas las
gracias, sobre todo cuando se pone en plan malote del espacio. Yo, lo de las
máscaras, no se lo quitaría, de momento, pero podéis valorarlo y hacer lo que
estiméis más oportuno.
En resumen: se porta mal, resulta impetuoso
a menudo y está hecho un lío, porque se esfuerza mucho en ser supermalísimo y
no le sale del todo, lo cual podría acabar resultándole frustrante al pobrecito
Kylo, a pesar de que era algo esperable, puesto que es hijo de una Skywalker: nuestra princesa Carrie Fisher. Además, quisisteis marcarlo llamándolo Ben
(Solo) como homenaje al viejo y honorable maestro Obi Wan Kenobi, para que el
chiquillo os saliera bien bueno. Pero no tuvisteis en cuenta que a nadie le
gusta que le obliguen a hacer una cosa, o a ser de una manera. Y que sus
motivaciones han apuntado hacia otros derroteros. En su nueva empresa Imperial
ha ido ascendiendo y acaba de adquirir una nueva nave más potente con la que se
puede aniquilar muchísimo más. Debéis valorar, con un refuerzo positivo, su
iniciativa y voluntad de mejora en su campo.
Vamos, que este chaval lo único que necesita
es un poco de cariño. Alejándolo de sus amigotes y de las tan frecuentes
tentaciones de alcanzar un poder absoluto en el Universo, igual conseguimos
enderezarlo. Como maestro Jedi, soy optimista al respecto.
Y nada más. Que la fuerza os acompañe.
El último Jedi
PD: Cuentan los
ancianos de un sistema solar muy muy lejano que este apócrifo documento fue
hallado junto a una túnica vacía… Hasta siempre.
PAP





