martes, 31 de octubre de 2017

Juego de truños


En un país muy muy lejano, hace mucho, muchísimo tiempo, o quizás ahora o a lo mejor de aquí a poco, una próspera tierra cosmopolita y acogedora se dividió en dos… o Más…

Todo empezó con una desbandada de trolls y trollas parlamentarias y algún orco que otro suelto que había sido general de su remota aldea. El gran Mago monolingüe de Barba Gris lo observaba todo con tanta atención miope como vegetalismo, desde su trono de plasma.
Y un buen día, estando el Mago de Barba Gris en plena fotosíntesis, estallaron las turbas de masas. Las masas de unos. Las masas de otros. Las masas. (Massa masses). En estas condiciones ambientales, los individuos parecían abocados a la extinción. Y, con ellos, el librepensamiento.
Mientras tanto (Meanwhile), en una de las celdas perdidas por las Tierras de la Meseta, un desdichado preso, una especie de hobbit real, se lamentaba de su destino. Harto de la tortura charlatanesca infligida por su compañero de celda, se cuenta que por las noches imploraba al carcelero:
¡Por favor, Mr. Jailman,  te prometo que te cortaré las uñas de los pies, dejaré que me cuentes tus problemas con tu mujer e incluso te invitaré a un cigarro con todos sus impuestos indirectos incluidos, pero sácame de esta celda, porque aguantar todo el día esta “matraca” es como cumplir con una “doble condena”! deploraba el recluso.
Su compañero de celda, cuyo nombre (aunque propio, muy común) no vamos a recordar, no entendía a qué se refería con lo de “doble”, porque él tan solo había platicado sobre un único tema.
Frente a esta acumulación de crisis convivenciales, cienes y cienes de corruptos Saurons se carcajeaban por la ceguera emocional de la Tierra Media, o Media-Baja, que como un (es)tupido velo cubría los pasados latrocinios de los Saurons con discusiones políticas de más o menos, mientras estos se burlaban de los hobbits presos, que podrían denunciar que hay muchos más ladrones en la calle que entre rejas.
Pero en mitad de esta confusión, el príncipe de la Mesa Redonda huyó disfrazado de fraile, como generaciones atrás había hecho su antepasado por metonimia (el pseudomártir de las Casas Nuevas) hacia el pequeño Centro de Atención Primaria; aunque este nuevo princeps tuvo que escoger otra senda: la que lleva hacia la oscuridad de las Tierras del Norte; se marchó con algunos de sus discípulos elegidos, incluida, seguramente, la Magdalena Druida.
Era un acérrimo defensor de la igualdad: siempre decepcionó por igual a los que esperaban que fuera un mártir, a los vecinos paletos de Botiflerland , a los cíclopes del Imperio Vetusto y a todos los demás. Desde pequeño había soñado en secreto con ser nombrado Emperador de Wasteland y además se lo había creído y pensaba incluso que lo había logrado.
A todo esto, el anquilosado aeda del Lago, se puso su gorrito y practicó la alquimia con su estaca mágica para convertir la huida en exilio fingido.
El odio, la ignorancia y la sinrazón se habían apoderado de la Tierra Desconocida y provocaron una negra niebla de dolor. En aquella noche sin fin ya nadie leía a Mario Benedetti o a Milan Kundera. Pero aún podría haber esperanza. Porque, como dijo una vez un viejo hidalgo destemplado: “Todo tiene remedio, si no es la muerte”.
A nuestro pesar, el problema radica en que hasta aquí llegan los documentos hallados en los Anales del Languedoc. No se puede afirmar si la cosa acabó bien, o mal, o todo lo contrario. Pero eso se narrará en el próximo capítulo. O no.

El último Jedi

PD: Recientemente se ha hallado oculto entre las redes un spin-off de esta grandilocuente y ridícula Historia, producido por un aguerrido narrador épico de muchos conocido e interpretado por el juglar más singular de aquel antiguo país Desconocido.

PAP



1 comentario:

  1. Con todo el tema, hay para hacer un cuento ( eso sí, chino) un corto o hasta una serie de ficción.
    Espero la próxima entrega resumen d este teatrillo de marionetas que nos están vendiendo.

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