sábado, 25 de julio de 2015

De risa


Antes de escribir desde el Carabassí, con todos mis respetos al aire,  me siento en el derecho y la obligación de compartir una risa. Que Cervantes me perdone, pero hacía días que no me reía tanto. La película, imprescindible, es Un funeral de muerte (Death at a funeral), de Frank Oz.
Comencemos por el elenco de actores, no debidamente reconocidos pero de primerísima fila (todos os sonarán de otras pelis), que llevan la película a una constante cadena de carcajadas. La trama gira en torno a un funeral, en el que salen al aire las vergüenzas que todas las familias esconden: las apariencias, las frustraciones, las comparaciones, las etiquetas, los secretos... Además del asunto del enano (otro actorazo de órdago), el objeto desencadenante del enredo será cierta clase de sustancia psicotrópica.  Y hasta aquí puedo escribir.
Pero esta barandilla quería asomarse a mi adorado Saza. Decir que ha muerto sería como anunciar que mañana no saldrá el sol. Imposible. Cada vez que vuelva a aparecer en mi pantalla de televisión estará mucho más vivo que la mayoría de las personas que aún circulamos por el planeta. José Sazatornil actuó en casi todas las obras maestras del cine cómico español: La escopeta nacional, Amanece que no es poco, El verdugo… Ninguna de esas películas sería la misma sin su presencia. Un actor lo es cuando captura al público en cuanto sale a escena, sea esta aparición constante o puntual. El cómico, además, nos recarga la vida con nuestras propias risas.
La vis cómica es como el pelo: se tiene o no se tiene. Las pelucas no sirven. Por eso adoro a todos los peludos que se cruzan por mi camino.

PAP


martes, 21 de julio de 2015

El reino independiente


Ir a Santa Pola este año volverá a ser demasiado distinto.
A principios de los noventa primaba el bacalao. Los que resistimos a esa marea descubrimos un pequeño santuario de sueños guitarreros en una discoteca de Santa Pola, llamada Camelot. Esta última nochevieja, tras veinticinco años apostando por la música independiente (en ciertas fases a la vanguardia), cerró sus puertas para siempre. Volver a Santa Pola, por tanto, nunca será igual.
Aunque ya hacía muchos años que no prestaba servicios en el mítico reino, me sentí en la obligación de despedirme de él. Tengo entendido que su espacio lo ocupará un centro comercial. De hecho, estoy pensando que ahora siempre accederé y saldré por la entrada suicida del hotel Rocas Blancas, atravesando la carretera nacional. Será más peligroso. Pero menos triste.
En Camelot surgieron amigos, surgieron amores. Algunos todavía duran… En ese reino independiente se juntaba gran parte de las personas distintas de la comarca. Varias generaciones hemos defendido el castillo hasta el amanecer.
Por su música, por el ambiente amistoso que siempre impuso la clientela, porque estaba donde estaba, por las incontables sesiones en las que bailé hasta la extenuación, Camelot se convirtió para mí en un lugar especial, simbólico, de peregrinaje, e incluso de alguna forma en un pequeño rincón de libertad.
Para todos aquellos que compartimos tantas noches de goce en aquella discoteca, aquí va mi recuerdo y mi homenaje. ¡Salud!

PAP


domingo, 12 de julio de 2015

Otro cruce


Tras el silencio, siempre llega la palabra.
Como todos los años, vuelvo del Cruïlla con el alma llena y, aunque he gastado todas mis energías (nadie lo diría hace un par de horas en el Forum) y casi todas las palabras, quiero lanzar la última bola para compartir algo de música y un poco de corazón.
Como siempre, ha resultado un festival abarrotado de gente guapa: mozos, viejóvenes, gente sin edad, padres con sus niños. Como todos los años, también estaba yo… Un Cruïlla más, un año más.
En lo referente a la intendencia, han mejorado con el pago con la pulserita, y en el vaciado de los retretes de un día para el otro. Bastante tengo con mear de cara a tres tíos que rodean un urinario de plástico de cuatro plazas, como para tener que hacerlo en una fuente rebosante de.
Pero vamos al principio. Cocorosie puso el listón muy alto. Estas dos estrafalarias mozas ofrecieron un aperitivo que supo a menú completo. Jamie Cullum es muy bueno, pero me aburrió. Bailoteo con O Rappa y reenganche con los Of Monsters and Men; divertidísimos. Paréntesis de rap y nuevo descubrimiento: Vintage Trouble (nota mental: a descargar). Y para cerrar el viernes, The Cat Empire cubrieron todas las expectativas, que no eran pocas, que llevan años despertándome (desde enero, a menudo, de camino al instituto). Y después, como suele ocurrir tras los viernes, se deslizó el sábado, muy especial de otra manera… Me quedo con Damian Marley y Caravan Palace. Y con un olor... Ms. Impresentable Hill no merece ni una línea. Y hoy… Hoy he vivido el momento más especial de esta edición de uno de mis festivales favoritos: Asaf Avidan. También a él le estoy agradecido. Nos ha hecho vibrar, bailar, reír (qué sorpresa su sentido del humor, su interacción con el público), soñar, (llorar), vibrar (¿lo había dicho?), ser.
Eso es lo esencial en esta vida: poder cumplir otro Cruïlla… digo… año, más.

PAP