domingo, 31 de julio de 2011

La voz del alma

Un clásico es lo más próximo a la eternidad, es una verdad absoluta, algo que no envejece, que vive porque nos da la vida a través del tiempo.
En el comienzo de nuestra era, Ovidio escribió el Ars amandi. Petrarca compuso en el Renacimiento la teoría moderna sobre el proceso amoroso. En el África estadounidense del Mississipi nació Otis Redding. A él le tocó cantar la banda sonora del amor.
Pertenece a aquellos años en que las gentes soñaban y morían para despertarnos. La época en que la cultura dejó de estar sólo en las bibliotecas y el poder sólo en los parlamentos...
Otis Redding era de los que conseguía que los blancos, a pesar de sus mayores, se agitaran y enamoraran al son de su voz. Su ritmo es el del latido del corazón, el del sexo. Acelerado a veces, o como el temblor del mar a punto de embravecerse, o tierno, con la suavidad de la seda rasgada.
Una percusión intensa marca el transcurso de unas canciones a las que ponen brillo los imprescindibles vientos, tierra y aire unidos por la voz de un gigante. El rey del soul hizo que el rock pasara por encima de los Stones cuando interpretó “Satisfaction”.
Murió en un accidente aéreo en 1967. Tenía 26 años. En esos tiempos algunos perdieron su vida por defender la igualdad entre los seres humanos. Otis nos hizo a todos negros.

PAP
RIP Amy


viernes, 22 de julio de 2011

Tantos tintos


“En un país civilizado se bebe vino” (Charles Chaplin, Un rey en Nueva York)

Sé que hay muchos caldos mejores, pero como el gusto es algo bastante subjetivo, Vilosell (12 €) de las bodegas Tomás Cusiné es el tinto del que siempre tendré, al menos, una botella. Tuve la suerte de descubrirlo gracias a un amigo, con quien lo degusté en La vinya del Senyor, en Barcelona, con unas vistas inmejorables hacia Santa María del Mar. Es un vino para las ocasiones especiales, o los días turbios, o la final de la Champions League (seas o no seas del equipo que la juega) o la celebración de un nacimiento, como corresponde a sus nueve meses de envejecimiento en barricas de roble francés. Con una base de tempranillo, combina cabernet sauvignon, garnacha, syrah y merlot, de vides que crecen en suelos de gravas, calcáreos y arcillosos, propios de la denominación de origen Costers del Segre.

Etnic 2006 (13.75 €) es un tinto de crianza que llegó a mi mesa gracias a la Guía Peñín. Un vino nuevo, de producción limitada, que mezcla dos uvas de fuerte personalidad, cariñena y garnacha, con que la bodega cooperativa de El Masroig dio en el clavo al primer intento. Tiene notas de frutos rojos, pimienta negra, hierbabuena. Es uno de los adalides de la reciente denominación de origen Montsant. Recomendable si la calidad del ágape o de la compañía o de la cartera propia lo permiten.

La primera vez que bebí Laderas de El Sequé (4,5 €) fue hace dos años, en un pequeño restaurante de Bigastro. Desde entonces no falta en mi bodega. Es el vino del día a día especial: vale para una cena improvisada de amigos o para un autohomenaje tras un duro día de trabajo. También se puede abrir sin ninguna de estas excusas. Es un vino joven que no lo parece (tiene seis meses de crianza). El interior de Alicante, en una partida cerca de la localidad de El Pinoso, es adonde un francés decidió mudarse para desarrollar unas vides jóvenes que nos regalan deliciosos vinos como este, que sorprende desde el tapón, de rosca. La uva tinta más típica de la provincia es la monastrell, y a esta añade la omnipresente cabernet sauvignon y algo de syrah, una variedad muy bien recibida últimamente por los paladares europeos.

PAP
Vilosell, Etnic, Laderas de El Sequé

jueves, 14 de julio de 2011

¡Que me pongan las esposas!


Octubre de 2010

El cancerbero debía de ser de algún país del este; su volumen y el aire que desplazaba a su paso, mientras se dirigía hacia nosotros, hacían presagiar lo peor... Acababa de encontrarme con un amigo al que hacía tiempo que no veía y con quien me disponía a entrar al concierto. “No abrazos aquí, y si venís al concierto, poned en cola”. Estábamos en la acera, a unos cinco metros de la puerta, pero se ve que es una zona de la vía pública que debe quedar despejada, para que la foto salga bonita, o por miedo a ataques de terroristas... o de patinadores. Nos acabamos de saludar en la cola, tras de lo cual accedimos, a través de sus angostas escaleras, a la panza de la coqueta sala Apolo.
No el Polifemo de la puerta, ni el conductor del sol, sino otra diosa, negra y con voz desgarradora, era la que allí nos esperaba con una banda muy fina compuesta por músicos (blancos) españoles. Su fuerza sobre el escenario, sus flecos ondulantes, lograron al instante el claro objetivo de esta Circe: La hipnosis. La seductora se llama Koko-Jean Davis y su grupo The Excitements.
En tal estado nos dispusimos a dejar las chaquetas en el guardarropía, oculto tras un laberinto de gentes que ya empezaban a congregarse. Una nueva cola, con los típicos listos que se cuelan y a los que, con una copa en una mano y la chaqueta en la otra, uno no se quiere enfrentar en una noche de jolgorio como la de ayer, 26 de octubre. También eran más altos que yo... Y sin embargo, el lento avance de esta segunda cola nos iba aproximando, por el lateral, a la excitante banda. El cartel de guardarropía, junto al escenario, tampoco tiene desperdicio: “Es obligatorio dejar en guardarropa: bolsas, monopatines y mochilas”. ¡Menos mal que yo fui a caballo, que es mucho mejor en pleno Paralelo de Barcelona!
De ahí a la pista, para terminar de ver este bolo que calentó los ánimos del público, dejándonos a puntito para que se presentaran ante nosotros The Dap Kings, el grupo que acompaña a la reina de la noche, Sharon Jones, que entró al escenario con una ovación comparable a la de la despedida, muestra de la merecida entrega a priori del personal.
Y ahora, rebobinemos.  Sharon Jones nació en 1956 en Augusta, Georgia, que se halla en el sur de los Estados Unidos. Tiempos turbulentos, en una zona, la del sur, donde a un tiempo surgieron una las peores expresiones humanas (la esclavitud) y una de las mejores: la música negra. Sharon creció y quiso dedicarse a la música que le gustaba, el soul, pero ya no estaba de moda. El funk, el sonido Chicago, el pop, el rap/hip-hop se fueron sucediendo. Y también su vida, entregada a un mundo poco musical: fue funcionaria de prisiones y guardia de seguridad.
Con más de cuarenta años, tuvo la oportunidad de dedicarse a la música, y así, desde 2002, son cuatro los álbumes que se han sucedido: A Dap Dippin’ with Sharon Jones and the Dap-kings, le siguieron Naturally (2005), 100 Days, 100 Nights (2007) y I Learned the Hard Way (2010), su último trabajo. Cuando uno no sabe con cuál quedarse, mejor quedárselos todos.
Y ahora canta, se desliza, sacude, baila y se permite el lujo de subirse al escenario, hasta en dos ocasiones, a sendos jovencitos de entre el público que, espontánea y obedientemente (tras la orden de Mrs. Jones), se contonean ante ella. El resto no os lo puedo contar. Es soul, es funky, es música en sangre viva. Escuchad, por ejemplo,  “Give me a chance”,  “Humble me” o “Better things”.
Parece que este siglo XXI también puede serlo del soul, atendiendo al gran éxito de artistas como Amy Winehouse, Adele, Alicia Keys...
La sombra de Otis Redding es alargada.

 
P.D.: No vi a nadie con monopatín en los alrededores...
 
PAP 

domingo, 10 de julio de 2011

De bares


Diciembre de 2010
 
Nunca hubo mucha vida en los palacios. Es en los bares donde bulle este país, donde se muestra con sus grandezas (el humor, las discusiones sobre fútbol, las tapas) y sus miserias (...). Sobre todo en esos bares de las barriadas, de las poblaciones periféricas a las grandes ciudades.
Quinto, tapa. Quinto-tapa. Quinto tapa.
Diez de la noche de un miércoles cualquiera. Al abrirse la puerta del bar aparece una esplendorosa sonrisa bajo un bigote de 1900. Entre algún que otro diente, pronuncia con voz afable:
“¡Qué jóvenes sois todos! ¿Cómo os va la vida? Jóvenes: ¿alegres, enamorados...?”
Casi nadie le mira, aunque todos sabemos que ha llegado. Su mirada profunda escruta las profundidades personales de los allí presentes. Se aproxima.
“Hola, compañero.”
Me extiende la mano para entrechocarla mientras mira el paquete de tabaco que había dejado sobre la barra. La estrecha como hacen los buenos, los viejos amigos, aunque jamás lo había visto antes.
“Tírate una cerveza”, osa aventurarse.
El hombre que se hace llamar Jetro es delgado, alto y tuvo una complexión atlética. Frisa la edad de... bueno, me resulta dificilísimo saber los años que han cumplido los que tienen más vida que yo... Pero recuerda a un conocido hidalgo.
Quinto tapa. Quintotapa.
Tras la barra, una mujer añeja de rubio conseguido y una joven china no acaban de aprobar la visita. De este lado, en taburetes, de pie o en los grupos congregados alrededor de las mesas, más de veinte novelas encarnadas en otros tantos seres humanos cohabitan con un partido de Champions League.
Quinto; tapa.
“Tírate una cerveza, joven, que mañana te invito yo.”
El Profesor, que es como se le conoce en el barrio, viste un traje azul que estuvo muy de moda en 1967 y lleva bajo el brazo un diccionario enciclopédico (de la misma época) del que sobresalen algunos folios incrustados, dejando entrever el final de unas líneas garabateadas, que antaño tuvieron forma, estilo y significado.
“Una cervecita, hombre, que vengo reventao.”
Su corbata es de colores muy vistosos, verdes, amarillos y azules chillones. Aunque no le combina con el traje y la lleva mal anudada, le da la dignidad de un ministro.
“¡Tírate una cerveza!”, repite.
Y por fin, el Profesor advierte que nadie va a invitarle hoy. Con la sabiduría que permanece por encima de la ebriedad, confirma, niega.
“Sí, no anda muy bien la cosa.”
Y el Profesor sale del bar con mejor planta que un torero, clavando los talones como el que va a recibir el premio Nobel y, antes de atravesar la puerta, nos espeta:
“Ha sido un placer volver a veros.”
Porque, para el Profesor, hablar, saludar, mirar, es siempre tener la suerte de volver a hacerlo. Aunque sea la primera vez.

PAP

miércoles, 6 de julio de 2011

Las bicicletas son

Todos hemos pedaleado alguna vez. Algunos incluso con cierta afición. Pero hay un hombre que no monta en bicicleta, sino que la ha asimilado, forma parte de su cuerpo, la domina con la facilidad con que el resto de los mortales parpadeamos. Un quijote del ciclismo, que debió de pensar que la famosa escena del vuelo en bici de E.T. se había filmado sin efectos especiales.
Danny MacAskill es un niño de veintiséis años que no creo que nunca deje de serlo. Uno de esos seres que insisten en demostrarnos que uno se puede pasar toda la vida, y ganársela, jugando (jugándosela) a lo que le gusta.
Este genio del pedal ejecuta equilibrios imposibles, saltos abismales, trucos inimitables. Pero va más allá. Se desliza por donde los demás ni siquiera llegaríamos a imaginar, alcanza donde sólo las aves lo suelen hacer... No hay mucho más que decir, pero todo el mundo debería saber que hay un acróbata que recorre en bicicleta hasta las paredes, que baila con los pedales, que hace poesía sobre dos ruedas, que es bicicleta.

P.S.: Estas imágenes han sido rodadas por un especialista. No intenten nada de esto, sobre todo si son mayores o menores de veintiséis años. No recomendado para enfermos del corazón. Tampoco conviene que lo realicen con el triciclo de sus hijos o sobrinos. Al final del vídeo, es lícito haber quedado con la boca abierta, o soltado alguna risa nerviosa de incredulidad.
Dedicado a los desalmados y cobardes que no respetan a los ciclistas.

PAP

sábado, 2 de julio de 2011

Las tildes sobre las íes


Hace unos días alguien muy querido para mí (que seguirá siéndolo) hacía referencia a los indignados con un despectivo “turbas de jemeres rojos” y llamaba a su loable intención de tomar la palabra “manifiestos de Peter Pan y Campanilla”.
Qué mejor que contestar con argumentos a la simple calificación.
Esta crisis financiera no la han creado los trabajadores (y menos los parados y pensionistas), que somos los que la estamos pagando.
Él sabe perfectamente, y yo también, que si los que más ganan (los que más tienen) pagaran todo lo que les corresponde (como hacemos la gran mayoría de los contribuyentes, que somos los que sostenemos el Estado), no habría crisis, ni deuda externa, en España. El fraude fiscal en este país es el doble del de la media de Europa. El que defrauda a Hacienda nos roba a todos. No obstante, nuestra escala impositiva del IRPF sí que es del País de Nunca Jamás. Gane poco, mucho o regular, ¿alguien en este país estaría dispuesto a pagar al Estado casi la mitad de sus ingresos, como se exige a las rentas más altas, que son quienes disponen de vías para no hacerlo?
Las multinacionales pagan el 1% de sus beneficios, cuando no están exentas de pagar impuesto alguno durante unos años, para después trasladarse a otro país chollo (deslocalizarse, lo llaman).
La educación no es el problema de esta crisis: es una de sus soluciones.
Pongamos ejemplos: el recorte en educación en Cataluña pretende ahorrar unos 1500 millones de euros anuales. Mientras tanto, el nuevo gobierno de la Generalitat ha decidido suprimir el impuesto de sucesiones (que aquí ya solo pagaban las grandes fortunas), lo cual supondrá dejar de ingresar unos 1400 millones de euros cada año.
España tiene ahora en torno a un 20% de paro, algo menos que a comienzos de los años ’90. En 1982, llegamos casi al 24%. Pero en ninguna de esas ocasiones se produjeron recortes en los servicios públicos como ahora. Esto le trae sin cuidado al que lleva a sus hijos a colegios privados (que desde la LOGSE están subvencionados por el erario público) y se puede permitir una asistencia sanitaria privada.
¿A quién pertenecen las empresas públicas privatizadas durante los años ’90? ¿Cuántos beneficios producen éstas hoy en día?
Para que un banco conceda un préstamo hipotecario, primero tasa la vivienda. ¿Por qué los desahuciados deben seguir pagando por algo que jamás tendrán?
¿Cómo es que el Estado español inyectó una larga lista de ceros (con otros números delante) en la banca, y ésta sigue declarando beneficios un año tras otro? Si el Estado pone nuestro dinero en una empresa, ¿no debería esta nacionalizarse, tal y como se ha hecho, por ejemplo, en Estados Unidos?
El estado de las autonomías fue una fórmula para dar cabida en la Constitución a las denominadas “nacionalidades históricas”, que todos entendemos que son Cataluña (también la Comunidad Valenciana y Baleares), Euskadi y Galicia. ¿Cuánto le cuesta a nuestro país sostener 18 gobiernos autonómicos? ¿Y las trasnochadas diputaciones?
Nuestra democracia debe mucho a su Majestad el Rey don Juan Carlos. Pero ¿cómo puede mantenerse hoy en día una Monarquía bajo presupuestos democráticos?
Yo no voté esta Constitución, aunque seguro que habría votado en el ’78, de no haber tenido cuatro años. Sí he podido votar un Estatut, cuya validez democrática pusieron en duda todos aquellos que lo recortaron y que ahora quieren dar lecciones de democracia al movimiento “Democracia real, ya”.
¿Cuánto se han gastado los partidos políticos en cada campaña electoral? ¿De dónde sale ese dinero?
El presidente del gobierno español gana unos 65.000 euros al año; el alcalde de Barcelona, unos 115.000. El presidente de la Diputación de Barcelona se embolsa 144.000 eurípides. El president de la Generalitat, 164.000.
¿Por qué un trabajador tiene que cotizar 35 años para poder jubilarse (nosotros cotizaremos unos cuantos años más, parece ser) y un diputado dispone de una pensión vitalicia a partir de los 7 años?
Un médico, un contable tienen que afrontar la responsabilidad de sus actos laborales. Sólo en Islandia, por primera vez en la historia, se está juzgando a un político, por su responsabilidad en sus decisiones sobre economía durante la gestión de su país. (También se ha juzgado a banqueros y gente de esa ralea).
¿Cuántos países más deben hundir el FMI y agencias como Standard & Poors para que los gobiernos dejen de hacerles caso?
¿Alguien se cree los datos oficiales sobre la inflación que ha provocado el euro en España?
¿No era la democracia el gobierno del pueblo? Pues quizás el pueblo tome un día el poder al fin. ¿De qué tienen tanto miedo los partidos políticos, incluso los sindicatos, cuando el pueblo se mueve sin necesidad de batuta?
Nunca me ha gustado Peter Pan: rechacé una oferta para hacer una adaptación de la novela de Barrie. Pero muchos, muchos queremos cambiar el mundo del tío Gilito y sus amiguitos.

PAP
Indignados by VASE