No sé si
Prince fue para mí un guru, un amigo, un maestro o una droga. No sé durante
cuántos años lo escuché a diario. No sé en cuantas relaciones sexuales cantó
para nosotros. No sé cuántas veces lo he visto en directo. No sé cuántas
canciones suyas me sé de memoria. He pasado más horas 'con él' que con muchos de mis familiares y amigos.
Conservo un vago recuerdo de
la primera noticia que tuve de Prince. Debía rondar los diez años de edad
cuando escuché por primera vez algunos temas de su Purple Rain en la radio. No sé si esa ha sido mi canción de amor: pero entonces
aún no sabía de qué manera habría de marcarme; no sé cuántas veces se me han
saltado las lágrimas durante el solo de guitarra de esa canción; no sé cuántas
imágenes acumulo ya relacionadas con esos acordes. Ese sueño púrpura ha crecido
conmigo en mi imaginario.
Cuando a los catorce fui
a comprarme el Joshua Tree de U2, en
la pequeña tienda de discos que había en la Rambla destacaba sobremanera un
enorme póster del Lovesexy: su
desnudo integral. El príncipe de Minneapolis y del resto del mundo era un
provocador nato. En plena era ultraconservadora del Reaganismo, pocos tan
irreverentes y explícitamente sexuales como él. Yo apenas me atrevía a mirar el póster directamente (¿qué pensaría la gente de mí?), pero me regocijaba al ver cómo se escandalizaban ciertas personas que, paseando, lo veían desde la calle a través del ventanal de la tienda.
Su música era funky, y a
veces rock y pop y hip hop y era… sexual. Y eso, a un adolescente, le despierta
cierto interés. Y en una época en que el personal sabía aún menos inglés que ahora, uno podía incluso cantarlo en voz alta, mientras caminaba o pedaleaba con su walkman (un cacharro parecido a un áipod pero que molaba mucho más).
Mi adicción a Prince
comenzó en una habitación o cueva familiar. Esa tarde me pusieron el Soy gitano de Camarón y el Black Album de Prince (en la copia
ilegal original). Esa tarde mi vida dio un vuelco. Creo que nunca he vuelto a ser blanco del
todo (ni payo, por cierto). Ni a bailar igual.
May U Rockhard in a funky place 4EVA.
PAP
Precioso y emotivo....
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