martes, 3 de noviembre de 2020

De gigantes

Han vuelto a hacerlo.

Como caído del cielo , el último discazo de Pearl Jam llegó al poco del primer confinamiento. De seguir así, esta banda se va a convertir en el mayor hito de la historia del rock de los últimos treinta años.

Más allá del sonido marca de la casa, PJ sigue deleitándonos, con letras profundas, mensajes que indagan en lo más humano del ser humano, bajo convicciones ecologistas, y donde no podía faltar alguna alusión crítica al bobo máximo del presidente americano de flequillo rubio.

Confinados, cada uno desde su casa, pese al patán de presidente que han padecido, al menos hasta hoy, nos regalaron otra obra de arte más. con la colaboración de Josh Klinghoffer (Red Hot Chilly Peppers) y la entrañable aparición de las niñas de Eddie (mientras canta el Eddie de sus chicas), bailando al son de "I Know the girls wanna dance".

El bailoteo de videntes que os brindo ("Dance to the clairvoyants") arranca con una regla de tres que se convierte en una suerte de silogismo metafísico (y demoledor) sobre el amor, tras una intro de batería, un bajo y un teclado subyugantes:

"Confusion is to commotion

what love is to art devotion"

La canción parece que va sobre la eterna dicotomía entre la realidad y el deseo en las relaciones amorosas. Y, tras una veraz descripción sobre las aspiraciones juveniles, termina con una inquietante advertencia, triste y tremendamente actual:

Aléjate de mí.

Cuando llegue el espíritu, el virus, la sinrazón, la irrealidad, la incomprensión, la ignorancia, la mentira, la incapacidad, la irresponsabilidad, la distorsión, la incompetencia...

"Stand back". Ya sabéis.

PAP