martes, 24 de abril de 2018

De palabra


En el mundo donde un emoji (versión digital del ‘Toi” de los ochenta) vale más que un abrazo, donde lo visual (casi siempre aparente) prima sobre la idea, cuando lo más democrático (estadísticamente hablando) resulta la ignorancia más extendida (y propagada) y donde la incomprensión e intransigencia absolutas reinan en el pensamiento de la masa… (En el mundo donde se perdieron, por desuso, las palabras solidaridad, empatía, ética). En la era de la deshumanización, que ya avanzaban Ortega, Lorca o Fritz Lang, entre otros… Vuelve a triunfar la palabra.
En un programa de televisión de mucha audiencia, al personal le ha dado por votar y otorgar el premio gordo a un negrito que habla nuestra lengua (su lengua) mejor que cualquiera de nosotros (filólogos y blanquitos, sobre todo, incluidos). Y encima hace sentir cosas a la gente con sus palabras… A otros, por mucho menos, los metieron en la cárcel. A este le han regalado un seiscientos (como en nuestros peores tiempos) y, además, le han publicado un libro, que pienso comprar y compartir con mis futuros alumnos. César Brandon formaría parte de los libros de texto del futuro, si a estos no los hubieran condenado al ostracismo ciertas teorías antieducativas en boga.


Y para muestra, un botón. De los que te abrocha el alma y el sentido. Una niña que dice verdades como templos y rima como si fuera tataranieta de Rubén Darío e hija del mejor versiculador en español al que había oído (y visto en directo, of course), que por supuesto es Kase O. Se hace llamar Anier y, por edad, debería ser mi Matrícula de honor como profe de lite castellana para este año. Aunque creo que, a diferencia de multitudes de analfabetos indocumentados, no tiene ni el título de Bachillerato. Ni falta que le hace.
Hace siglos que todos daban por muerta a la Poesía. Y, sin embargo, sigue viva. Porque está por encima de nosotros. Y porque, si lo pensamos bien, es una de las cosas que nos van bien para vivir, porque nos ayuda a entender esta jodida vida, tan deliciosa por otra parte.

PAP