viernes, 6 de julio de 2012

Encrucijadas


Hace siete años que el verano comienza con el festival Cruïlla de Cultures. (Los primeros iban acompañados del final de las oposiciones, los últimos por la soledad compartida)
En Barcelona, cada festival reúne a un público distinto. Si en el Sónar están los modernos y guiris con sus pinreles al aire, en el Primavera Sound se junta el personal alternativo (autóctono y de importación), del BAM hablaré en otro momento. El Cruïlla, con sus variopintos carteles y sus precios asequibles, reúne a las personitas más especiales de la comarca.
Este proyecto nació en Mataró, donde se repartían los conciertos en distintos lugares de la ciudad (alguno ciertamente pintoresco). Memorables fueron los conciertos de Khaled, con los Delinqüentes, los de Muchachito, el de la Fanfare Ciocarlia, el de Femi Kuti con sus sinuosas bailarinas. Allí hemos disfrutado de Manu Chao, los Chichos, Ben Harper y un larguísimo etcétera.
Este año el cartel promete, como siempre, baile, fiesta, diversión.  Descubrimientos, recuerdos y alguna rutilante estrella. Los imanes que me atrajeron este año fueron  artistas como Gogol Bordello, Cypress Hill o Amadou & Mariam, a quienes aún no he visto en directo. Pero sueño con escuchar en directo “Candy” y “The Passenger”, de Iggy Pop, o “Enjoy yourself” y “Too much Too young”, de los Specials. Tengo ganas de ver a las Migas renovadas, de revisitar a Sharon Jones y de conocer al mítico Linton Kwesi Johnson y a la prometedora Nneka.
Con buena música, buen jamón, con un año más a las espaldas, con lo de siempre y con lo de más allá, hoy celebro volver a cruzarme con el verano.

PAP